Foto: José Garrido

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Museo Instituto Aragonés de Arte y Cultura Contemporáneos (IAACC) Pablo Serrano
Inventario 2020.01.0007
Clasificación Genérica Artes Plásticas; Pintura
Objeto/Documento Boceto
Autor/a Giralt Crespo, Pedro (Lugar de nacimiento: Zaragoza (m), 15/08/1943)
Título Mediterránea
Materia/Soporte Óleo
Lienzo
Técnica Óleo sobre lienzo
Dimensiones Con marco: Altura = 120 cm; Anchura = 120 cm
Sin marco: Altura = 118 cm; Anchura = 118 cm
Firmas/Marcas/Etiquetas Anverso, en ángulo inferior derecho, Firma
(1986)
PEDRO GIRALT 1986
Datación 1986
Uso/función Boceto de decoración arquitectónica
Descriptores Geográficos Zaragoza
Clasificación Razonada Tras la cesión de la Real Casa de la Misericordia que la Diputación de Zaragoza realizó a la DGA en 1983, se iniciaba la labor rehabilitación del edificio como sede del Gobierno de Aragón, contemplando además de lo estrictamente arquitectónico, la introducción de intervenciones artísticas con las que singularizar el edificio desde la creación artística contemporánea. Dentro de esta voluntad se situaban los cuatro conjuntos murales que Eduardo Salavera, La Hermandad Pictórica, Pedro Giralt y Pascual Blanco realizaron entre 1986 y 1987.

A través del arquitecto Saturnino Cisneros, Pedro Giralt recibía en 1986 el encargo de realizar la pintura mural para la cúpula de la actual sala Gúdar-Javalambre (por entonces correspondiente a la Sala de Acción Social), sumándose a las ya realizadas por Eduardo Salavera y La Hermandad Pictórica en las salas Guara y Moncayo, respectivamente. Antes de intervenir en la sala, Giralt plasmó su propuesta en este boceto donde, aunque no se pueden ver los detalles concretos que después representaría en el mural definitivo, sí aparece definida ya la composición como una gran escena que se extendía a lo largo del techo, de la cúpula y del friso que recorría los cuatro lados de la sala.

Giralt planteó en "Mediterránea", como bautizó a esta obra, una escena de fuerte carácter expresionista protagonizada por personajes y animales y en la que partía de la idea del viaje, un tema al que ya había recurrido en la exposición que acababa de celebrar, "Un paraíso para Jacobo" (14 de noviembre y el 8 de diciembre de 1985 en la Lonja) y que debe ponerse en relación directa con su mural para el Pignatelli. Por un lado, Giralt mantenía la idea del viaje, inspirándose en este caso en el Mediterráneo, en su color y, sobre todo, su luz. No hay motivos que permitan identificar el tema o lugares concretos, con la salvedad de la imagen femenina que, representada como una divinidad, preside la cúpula acompañada de una corte de ninfas y nadadores y de la inscripción Mediterránea. Es este el espacio sagrado, dedicado a la representación del Mediterráneo, en el que el pintor recrea en un escenario idílico y ajeno al ambiente turbio que se vive fuera de este lugar privilegiado. Alrededor de la cúpula y extendiéndose por toda la superficie de que disponía para pintar, Giralt creó una atmósfera poblada por seres humanos desnudos, de apariencia salvaje, animales, mariposas, una abundante vegetación, etc., un tipo de representaciones ya mostradas en los lienzos de la exposición de la Lonja y que ahora se disponen sin ningún tipo de orden aparente y dentro de un ambiente que se mueve entre lo surrealista y el expresionismo. Así se puede observar en los personajes y, sobre todo, en los animales, con una gestualidad corporal y una apariencia física que en ocasiones roza lo grotesco, potenciadas por el uso de colores contrastados, aplicados con pinceladas rápidas y muy gestuales. Se representan animales fantásticos, otros en actitud agresiva, personajes que parecen llevar a cabo ritos o danzas tribales y otros que, simplemente, se limitan a recorrer el escenario. Esta intensidad queda acentuada por el horror vacui que domina en el mural, a través de la acumulación de imágenes, de la redundancia visual de éstas, de la fuerza de su colorido, de la sensación de desorden dominante y del marcado movimiento de las figuras, que dibujan formas abiertas y ondulantes a través de sus gestos. Toda esta serie de recursos surgen del interés de Giralt por lo sensorial que parece querer estimular los sentidos del espectador; la vista, a través del potente colorido e iconografía utilizada; el oído, a través de los muchos sonidos que pueblan la escena como el ladrido de los perros, el balido de las cabras, el rugido de los leones, el rebuzno de los asnos, el agitar del agua; de una manera menos evidente alude también al tacto mediante la representación de las manos de sus personajes y a través de la factura tan gestual de la obra.
Catalogación Grau Tello, María Luisa
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